"Sirviendo para el Conocimiento de la
Doctrina pura del Salvador y para la Edificación del Cuerpo de
Cristo"




martes, 4 de enero de 2011

El Amor nunca deja de ser


Devocional 04/01/2011

1 Corintios 13:8
El amor nunca deja de ser; pero las profecías se acabarán, y cesarán las lenguas, y la ciencia acabará.

Hebreos 13:8
Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos.

El Amor de Dios nunca cambia, nunca deja de ser. El Amor de Dios se mostró a través de Jesucristo, y Jesús insistía en que expresáramos ese amor tal como el lo hizo. A través de diversas enseñanzas, mandamientos, parábolas y con su vida misma, Cristo mostró al mundo que ese AMOR no depende de las circunstancias; si me mira mal no lo quiero, si me mira bien seré amable con él. Cristo fue torturado, insultado, humillado hasta lo sumo; y en su Amor incomparable no hizo más que elevar una sencilla pero profunda oración al Padre: Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen. Él perdonó todos nuestros pecados, entonces, quién somos nosotros para juzgar a quién amar y a quién no. La Biblia nos dice en Rom. 13:14 nos enseña y ordena que debemos vestirnos de Jesucristo, y Él nunca cambia, Él es el mismo ayer, hoy y por los siglos; no ha dejado de amarnos, a pesar de nuestros errores Él está allí con nosotros, porque no existe nada ni en las profundidades, ni en la tierra ni en el cielo que nos pueda separar de su amor. Sus brazos de misericordia siempre están extendidos, y aquel que decide entregarse en sus brazos, es recibido por su grandiosa gracia. Luego, la Palabra de Dios nos invita de nuevo a vestirnos como escogidos de Dios,... de entrañable misericordia,... soportándoos los unos a los otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Col 3:13-14.

Deebemos mostrar ese amor de Dios en nuestras vidas, perdonar porque Él ya nos perdonó; que no nos pase como el siervo necio, a quien su amo le perdonó la deuda, pero que no fue capaz de perdonar la deuda de su consiervo, aun cuando tal deuda era mucho menor comparada con la que le fue perdonada.


Señor, Dios Padre que estás en los cielos, ayúdame a ser portador de tu amor, de tu gracia y de tu misericordia infinita, que pueda ser yo el reflejo de tu Hijo Jesucristo, ayúdame a vestirme como escogido tuyo, y que así como tu me perdonaste, yo también lo haga con mis semejantes, que ese Amor en mi sea tan grande y real, que pueda cubrir multitud de faltas y pecados cometidos por mis semejantes contra mí. Te lo pido en el Nombre de Jesús. Amen

1 comentario:

  1. Están borrados de mi Blog todos los comentarios, disculpado el malentendido y olvidado. Te agradezco que no publiques este mensaje. Saludos.

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